Trienal de Chile 2 en Galería Metropolitana








Extracto de la entrevista a Ana María Saavedra y Luis Alarcón, directores de Galería Metropolitana.
DRL: En el último tiempo, específicamente, en los últimos dos años, ha habido una eclosión de espacios de arte llamados independientes. Con su experiencia que antecede a esta efervescencia ¿Cómo perciben el actual contexto y cuales son las relaciones que han cambiado entre arte, institucionalidad y propuestas de gestión que, ustedes creen, ha permitido el surgimiento de estos espacios?
AMS. y LA: Los espacios alternativos, independientes o autónomos (sociedad civil artística organizada) han sido uno de los actores principales de la escena desde fines de los noventa. El Encuentro Internacional de Espacios Independientes (EIEI), organizado por Hoffmann´s House el 2005 en Valparaíso, fue el corolario de esto, aunque como evento no haya tenido continuidad en el tiempo. Interesante, por lo mismo, es la participación de H. House y otros espacios alternativos en la reciente organización de la Trienal de Chile 2 (AK-35, CRAC Valparaíso, Espacio G, Galería Daniel Morón, Deformes Bienal de Performance, Revista PLUS, LOCAL A.C, Espacio FLOR, Hilda Yáñez, Local 2702/estación de trabajo, Espacio Chino y Taller Monstruo), que surgió como un reclamo, pero también como una acción directa de crítica institucional orquestada por artistas, teóricos y principalmente por espacios alternativos sintonizados con esta manera de pensar y actuar.
La TCH2[3] se propuso como una reflexión visual y teórica sobre la situación actual del arte contemporáneo en Chile -a partir de la recuperación crítica de la Trienal de Chile, organizada por el Estado en 2009 (a través de la Fundación Trienal y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes), que no tuvo continuidad institucional en 2012, desarrollando dos secciones complementarias: el seminario El Estado de Chile, que incluyó tres mesas: Estado y Cultura. El fomento del arte y la cultura como asunto público; Cultura, Arte y Mercado. Una relación conflictiva y Espacios autogestionados, independientes y/o autónomos, ¿para qué?
Esta última mesa pretendía autoevaluar el trabajo de los espacios independientes o autónomos a partir de una pregunta crucial: ¿para qué se es alternativo, independiente o autónomo? Nuestra respuesta sería: democratizar radicalmente el arte en tanto práctica artística que busca conectarse con la vida real, el contexto y las personas; levantar, mantener y proyectar espacios de libertad, creación y experimentación; y trabajo para construir un camino alterno a la lógica capitalística en el arte, en conexión con el deseo de una sociedad futura más justa.
Este ejercicio analítico consideró posibles respuestas a los fenómenos que dan cuenta de la expansión y sofisticación de la lógica de mercado, lo que ha traído consigo efectos problemáticos para el sistema de arte local, bajo la forma de una domesticación y desactivación crítica de la escena. Entre estos efectos podemos destacar: la multiplicación de escuelas de arte, la proyección de “lo ferial” como único recurso para propiciar el desarrollo y proyección de la escena chilena y la instalación del concepto de industrias creativas que apuntan a una política de “empresarización” de la cultura, que ha venido a cooptar o poner en crisis ideas tales como “espacio alternativo” y “autogestión”.
¿Basta con tener o ser un dispositivo alternativo de exhibición para ser independiente, autónomo o revolucionario? ¿Puede una PYME ser revolucionaria? ¿Hay un boom real de espacios independientes en Chile hoy? ¿Es esto producto de un efecto de mercado o sólo es un bluff o espejismo publicitario? ¿Cuántos espacios alternativos realmente hay hoy en Chile?
Finalmente, la TCH2 hizo una crítica al papel que el Estado chileno actual cumple en materia de apoyo al arte contemporáneo, que se basa fundamentalmente en un alineamiento con proyectos comerciales, dejando de lado el papel que principalmente debiera corresponderle: apoyo a prácticas artísticas experimentales, investigativas, sin fines de lucro, que apuntan a transformaciones estéticas y/o culturales. La pregunta inicial que se propuso para desencadenar un debate fue: ¿dejarse llevar por el seductor perfume del mercado o reconstruir una política alterna de resistencia?, ¿qué hacer?
La TCH2 articuló colectivamente una política curatorial y editorial en base a la interacción entre artistas, espacios independientes, gestores culturales, curadores y representantes del pensamiento crítico local, apuntando a construir una reflexión colectiva acerca del estado actual de la escena de arte contemporáneo en Chile y a una estrategia operativa basada en lo precario, los afectos y la máxima eficacia. El resultado fue una toma o apropiación crítica de la Trienal de Chile –por parte de un sector que no está conforme con lo que está ocurriendo en la escena actual, con tendencia a lo hipster y a lo light– una versión organizada por los artistas y los espacios independientes, que funcionó eficazmente desde la emergencia, y el cero presupuesto.
Entrevista completa en ARTE&CRITICA por Daniel Reyes León