Primera réplica de "El terremoto de Chile"



El español Fernando Castro reunió 15 obras que demuestran la vitalidad de nuestra escena en "Ni pena ni miedo", que abre hoy.

Nueve artistas nacionales marcan territorio en la capital española, desde hoy. Sus obras desembarcaron en la Galería Blanca Soto, como la primera réplica de "El terremoto de Chile", una exposición comandada por el español Fernando Castro a fines de 2009 en Santiago. Fue la jugada más ambiciosa de la I Trienal de Artes y un remezón histórico: más de 30 creadores contemporáneos reunidos en el MAC (Quinta Normal), la Biblioteca de Santiago y Matucana 100.Y qué no se dijo. Que era una muestra bien lograda; que no tanto. La crítica destacó a un puñado de artistas entre la treintena, mientras otros hablaron sobre la poca libertad de los curadores de la Trienal.
Y ahora, meses después, el mismo Fernando Castro encabeza el primer efecto secundario. Con menos invitados, pero agregando a Eugenio Dittborn, que de la Trienal se marginó. Ahora, el español jugó solo sus cartas ¿Una revancha? Él lo desmiente: "Sólo es un gesto de agradecimiento y complicidad con los autores chilenos que se portaron de maravilla. Con más presupuesto podríamos haber hecho un montaje diferente, pero jamás hubiera modificado el concepto del terremoto de 2009".
Pero ojo, la muestra en Madrid no es la continuación de Santiago. Hoy, la consigna es "Ni pena ni miedo". Un título inspirado en la intervención monumental que Raúl Zurita hizo en el desierto de Atacama, al escribir esa frase con letras de 250 por 40 metros (1993). Es una de las obras de land art más impactantes en América Latina y el símbolo de esta exhibición. Igual de emblemáticas son las imágenes de Fernando Prats en nuestro norte y los videos de Eugenio Dittborn seleccionados por Castro en esta oportunidad.
El curador explica: "Sin ser de 'tesis', esta muestra formula la hipótesis de un arte no aristotélico. No es melodramático ni cómico. No existe fobia tal". Por eso se montaron, sin importar la edad ni la técnica usada, obras que no tienen tema común. "Lo importante es mostrar la vitalidad y fuerza del arte actual chileno", aclara.
También están los trabajos de Patrick Hamilton, críticos de la sociedad actual; Nicolás Franco, que -según Castro- da cuenta de un dominio nihilista; Arturo Cariceo, que desde hoy intervendrá un blog; Demian Schopf, con fotografías que recrean pinturas cusqueñas, y Claudio Correa, que exhibe un tríptico con retratos de tres presidiarios sub 18. Trabajo que le gustó al cabecilla español, por "abordar temas marginales sin moralizaciones ramplonas ni mirada patética".
Los eligió porque "forman un conjunto visualmente potente y capaz de generar intancias críticas lúcidas", dice desde Madrid.
"Tengo gran interés por el arte chileno. Quiero organizar más exposiciones", enfatiza Castro.

Por Daniela Silva Astorga