LA TRIENAL ES LA VENCIDA: DITTBORN SE DESPIDE



-¿Cómo llega a curar esta muestra y cuál es el sello que se le ha querido dar?

-A mí me invitaron a realizar esta curatoria general una vez que no prosperó el primer intento a cargo de Maricarmen Ramírez. No hubo acuerdo entre las partes sobre la forma de llevar a cabo determinados proyectos, y entonces no se pudo realizar su guión. Ahora bien, Maricarmen es una figura fuerte que yo admiro y que tenía una dirección muy marcada y entonces a mí me interesó ni enterarme de su guión, no por falta de reconocimiento si no porque si íbamos a empezar esto de nuevo era mejor empezar desde otra perspectiva. Entonces básicamente cuando me invitan a curar la trienal se tiene conciencia que hay un determinado modelo con el cual yo trabajo, que tiene que ver con ciertas líneas de pensamiento y sobre todo con intereses que me mueven en relación al campo de las artes visuales y en ese sentido los cruces entre cultura contemporánea erudita y cultura popular o indígena para mí son fundamentales.

-El hecho de que esta trienal se desarrolle en distintas ciudades a lo largo del país, ¿le otorga características particulares?

-Bueno sí, esto marca esta trienal, porque realmente su titulo no es trienal de artes visuales, si no que Trienal de Chile, y eso es una característica bastante rara, casi inédita, porque normalmente estas muestras son de Sao Paulo, de Kassel, de Venecia, en fin, están siempre asociadas a una ciudad y este es el primer caso en que encaramos una trienal que es de un país, lo que supone una serie de condicionamientos y marcas también especiales.

-¿La trienal va a generar entonces, en regiones, una relación importante entre el arte y la comunidad?

-Sí, y de hecho esto ya ha comenzado en el norte y en el sur, donde ya se están desarrollando una serie de talleres con artistas y agrupaciones. Yo creo que el tema de esta Trienal son los limites del arte y eso en un momento en que el arte contemporáneo tiene muy confusas sus fronteras, muy ambiguos sus territorios, entonces me interesa trabajar en ciertas colisiones o en ciertos vecinazgos del arte con otras áreas, es decir la relación del arte con su propia institucionalidad, con la enseñanza, con el museo, con la política, con la producción de los artistas.

La gran pregunta del arte es, una vez borrados los límites del arte erudito de raíz ilustrada, basado en la forma y la apariencia, y a la vez comprometido el arte con una gran cantidad de movimientos sociales, antropológicos, políticos, ¿qué queda del arte? Entonces, claro, se abrió tanto que casi desapareció y entonces yo creo que a pesar de ese aflojamiento del territorio del arte, de algo que lo defina claramente, hoy se entiende que las personas busquemos también una cierta poesía, ese pequeño click que hace el sentimiento, que subvierte la percepción habitual y trastorna la economía común de la mirada haciendo que descubramos otra posibilidad de las cosas, yo creo que el arte sigue manteniendo eso, que es lo que caracteriza una operación poética o artística.

*Fragmento de entrevista concedida al programa “Acceso liberado” (Radio Usach, 94.5 FM), patrocinado por Balmaceda Arte Joven y la Biblioteca de Santiago.