MAS Y MAS PROBLEMAS...



Primeras réplicas del sismo Carlos Leppe

No llegó a acuerdo con el argentino Roberto Amigo, curador de la muestra “Territorios de Estado” en el Museo de Bellas Artes, y renunció a secas a la Trienal de Artes Visuales. Pero eso pasó a último plano. Carlos Leppe se niega a “ilustrar un guión para comodidad de ese curador”, pero lo que más le molesta es el “sistema nervioso” del evento que partirá en octubre. Él dispara a ciegas: “El mundo del arte ve que la Trienal ha sido desmantelada”. Y explica que “ha primado la burocracia. Pero más la incompetencia y la carencia absoluta de profesionalismo en el equipo que la levanta”. Para ser consecuente con sus ideas, se bajó también de la curatoría de Fernando Castro -”El terremoto de Chile”- donde tapiaría el frontis del Museo de Arte Contemporáneo con un muro de adobe, obligando a entrar al museo por una puerta de vivienda básica.

Segundo acto. Desde España, Castro le insiste a Leppe que recapacite en varios mails y a través de Justo Pastor Mellado, su amigo. “Respeto mucho su trabajo. Es uno de los artistas que tenía confirmadísimos desde el comienzo. Le dejo las puertas abiertas para que vuelva, pero no lo voy a ir a buscar a su casa”, dice. Y agrega: “Siempre hay politiquerías y burocracias, pero uno intenta saltarse eso. Si no se ponen las cosas políticas entre paréntesis, es para suicidarse…”.

Algo que, al parecer, Leppe no hará: “Algunos asumen el costo de la tolerancia y paciencia hasta un grado increíble. Esa no es mi opción. A estas alturas, no tengo por qué tolerar la incompetencia ni la banalización de la propuesta a la que me invitaron”. Castro responde: “Entonces, que diga quiénes son los capaces, porque hay mucha gente que está trabajando en sus obras. Cuando él dice que todo está mal, que piense en los colegas que sí quieren colaborar”.

Y Patricio M. Zárate, curador del Museo de Bellas Artes, alerta: “No creo que Leppe sea el único en esa parada. Lo que pasa es que tiene personalidad y, por su trayectoria, ninguna necesidad de estar en la Trienal. Es el que menos arriesga. La molestia está latente y tiene que ver con temas de organización. Desde el inicio hubo equívocos que son difíciles de responsabilizar entre el Consejo de la Cultura, los curadores o los creadores”.

“Cada artista es libre y responsable de aceptar o no la invitación hecha por un curador y de fundamentar eso con razones políticas, teóricas, administrativas o sólo personales. Y también de hacer con ello escándalo público o negocio privado. Leppe, para mí, es una figura problemática. El más talentoso, lujoso y millonario de todos nosotros decidió jubilarse del arte hace mucho tiempo”, apunta Gonzalo Díaz, Premio Nacional de Arte. Y recuerda: “Ya en 1992, dentro de la exposición ‘Entre Trópicos’ en el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber de Caracas, me asignaron un enorme espacio que tapié con un muro de albañilería”.

Eso sí, siempre habrá lamentos por la ausencia de un peso pesado como Leppe. “Su trayectoria es notable y su propuesta era muy interesante”, dice el director del MAC, Francisco Brugnoli.

Daniela Silva Astorga